Una de las necesidades básicas del ser humano es la de ser reconocido
El niño necesita ser reconocido y valorado por sus padres, y más tarde por sus maestros, amigos y compañeros de trabajo. Somos capaces de hacer y sacrificar muchas cosas con tal de ser reconocidos.
Ser reconocido, ser visto, es sentir que la otra persona sabe quién soy, y que más allá de las apariencias, me valora y me acepta tal y como soy (aunque yo no lo haga).
Pasamos la vida buscando en los demás lo que debe nacer de nuestro interior. Por eso se dice que lo que buscamos fuera ya está en nosotros.
El miedo al rechazo
Es una de las heridas más profundas porque implica el rechazo hacia nuestros pensamientos, sentimientos y vivencias. Tiene su origen en experiencias de no aceptación por parte de los padres, familiares cercanos o iguales a medida que el niño va creciendo.
Cuando un niño recibe señales de rechazo crece en su interior la semilla del autodesprecio y piensa que no es digno de amar ni de ser amado, interpretando todo lo que le sucede a través del filtro de su herida.
La mínima crítica le originará sufrimiento y, para compensarlo, necesitará el reconocimiento y la aprobación por lo demás.
Cómo sanar la herida: Empezando a valorarse y a reconocerse, obviando los mensajes que el crítico interno le envía, procedentes de su infancia.
El reconocimiento nos recuerda que merecemos respeto
Imprescindible. Si uno mismo no se valora y se reconoce a sí mismo como persona capaz e importante, no tenemos nada. El amor siempre empieza por la propia persona. Si yo me valoro y soy capaz de ver todas mis virtudes y mi derecho a ser feliz, seré capaz de cualquier cosa. Sobre todo de aportarme integridad a mí mismo.
Me ofrece autoconfianza
Cuando reconozco mis valías, progresos y grandezas, adquiero autoconfianza. Y lo hago porque me doy cuenta de que estoy haciendo las cosas bien. Lo hago por que mi persona y mi comportamiento genera bienestar.
Aprendo a tener control sobre mí mismo
Gestiono mis emociones de manera saludable. Aprendo a reconocerlas sin caer en el apego o el controlque pueda ejercer esa emoción sobre mi. Si tengo un momento de rabia, lo observo entendiendo de donde viene la emoción, pero no la retengo, la suelto y la libero.
El reconocimiento me hace crecer
Cuando aprecias tu vida, cuando te valoras, te amas tal y como eres, todo cambia. La autoestima florece y ya no miras al mundo desde la carencia, sino desde el agradecimiento. Te sientes bien contigo mismo y mejora la visión que tienes de ti mismo. Dejas de compararte, dejas de sentirte inseguro y empiezas a creer con mayor seguridad.
Nunca pienses que los demás son más válidos que tú,
o será el momento en que empieces a levantar muros alrededor de tu vida.
No caigas en ese error.
Si quieres saber más sobre el reconocimiento, solicita una llamada informativa y vemos de que manera puedo ayudarte